Al igual que nuestros móviles, el llamado Internet de las Cosas tiene un talón de Aquiles: la batería. La idea es “tapizar” edificios, electrodomésticos, ropas y todo tipo de objetos con sensores diminutos para que obtengan información útil de su entorno y estén constantemente conectados a la Red, algo solo posible con un microsensor inalámbrico, que no haya necesidad de cargar o reemplazar sus pilas periódicamente.
Microsensor, se carga con ondas de radio.
Desde la Universidad de Tecnología de Eindhoven llega una posible solución al problema. Se trata de un microsensor de temperatura de dos milímetros cuadrados y 1,6 miligramos de peso –como un grano de arena–, inventado por el investigador Hao Gao.
Aparte de sus minúsculas dimensiones, la novedad de este aparato es que se alimenta de las ondas de radio enviadas por el router al que está conectado. Más ventajas: tanto el citado router como el sensor consumen muy poca energía, y este último resulta increíblemente barato de construir; sale a unos 20 céntimos de euro por pieza.
Una vez que se carga, el microdispositivo mide la temperatura de su entorno y manda una señal de una frecuencia específica al router. De momento, tiene un alcance de solo 2,5 centímetros, pero los investigadores confían en aumentar su rango hasta 1 metro en un año y llegar pronto a los 5 metros.
En el futuro también se podrán construir sensores de este tipo que registren el movimiento, la luz o la humedad, por ejemplo. Otra de sus características importantes es que funcionan aunque se cubran con pintura, yeso y cemento, lo que permitiría colocarlos en las paredes de los edificios en el proceso de construcción.
Las posibles aplicaciones son inmensas: encender las luces o la calefacción cuando registren que hace falta, avisar inmediatamente si detectan una fuga de agua, etcétera.
vía: muyinteresante